Capítulo 61: Discusión por la libertad.
En medio de la noche, no sabía si era parte de un sueño o era real, pero recuerdo sentir una mano en mi mejilla, acariciando el área con suavidad.
Los párpados me pesaban y aún así, abrí los ojos.
Frederick estaba a mí lado, sin decir palabra. Sus ojos estaban fijos en la zona de mi cuerpo donde tenía su mano.
—¿Frederick? —dije, con voz adormilada.
De pronto, apartó la mano de golpe y se revolvió en la cama, fingiendo que nada había pasado.
—Duerme, princesa —susurró, cerrando los ojos.
Y cómo si Morfeo me estuviera guiando una vez más al mundo de los sueños, cerré los ojos y me permití dormir.
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A la mañana siguiente, toqué el tema de la recompensa, pero lo evitó, diciendo que estaba “trabajando en eso”.
Así pasaron uno, dos, tres y cuatro días. Ya me estaba desesperando. Estaba inquieta y quería salir de esta prisión.
No soportaba el encierro, ni estas cuatro paredes. Quería salir, sentir la brisa, ver los pájaros, la naturaleza. En cambio, estaba en este lugar que ni siq