Capítulo 44 Edición Final.
Ya habían pasado quince días desde la gran tragedia. Observé recelosa como el doctor retiraba los puntos con sumo cuidado, sin verme. Era como si no soportara mi mirada. Tal vez se debía al hecho de que cada vez que hablaba lo veía como si quisiera asesinarlo.
—Ya está listo —dijo el doctor, guardando las pinzas en su maletín.
Frederick observaba desde lejos, con los brazos cruzados.
Estos últimos quince días me había dedicado a hablar, mirar y tocar lo menos posible a Frederick.
Fui hasta el espejo de cuerpo completo y me miré en el. Pasé mis dedos por la pequeña cicatriz, la cual estaba abultada y no era nada agraciada.
—Hice lo que estaba a mi alcance para que se viera lo más estética posible —añadió el doctor.
Volteé, pensando que me estaba hablando a mí, pero para mi sorpresa, se dirigía a Frederick.
Claro, yo solo era una propiedad, un objeto. Le estaba hablando a mi “dueño”.
—Más le vale, doctor —Lo interrumpí, con un tono de voz sarcástico—. No le irá bien si daña la me