65. Más gris esa noche
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BLAKE
La ciudad parecía más gris esa noche. O quizás era yo. El dolor en mi pecho era tan vasto, tan profundo, que no me permitía ver colores, ni luces, ni ruido. Solo un objetivo: salvarla.
Conduje sin detenerme, sin pensar, hasta la enorme casa de cuatro pisos que había mantenido en secreto por años. Nadie sabía de ella, ni Ryder, ni Noelia. Solo yo… y una mujer a la que no había querido volver a ver jamás.
Subí las escaleras de mármol con el cuerpo de mi hermana envuelto en una manta blanca. Parecía dormida. Tan pacífica que dolía. Cada escalón fue un suplicio, pero no podía titubear. No esta vez.
Entré en la habitación más austera de todas. Una que solo usaba para rituales. El suelo de piedra estaba marcado con antiguos símbolos y líneas negras dibujadas a mano con tinta de sangre y plata. Coloqué a Seraphina en el centro del pentagrama, temblando por dentro. No podía mirar su rostro por mucho tiempo sin quebrarme.
—Por favor… —susurré sin saber a quién le hablaba—. Por favor,