A menudo solemos creer que tenemos un dominio de nuestras vidas, pero eso es una total falsedad, no sabemos lo que el destino nos tiene reservado. Alex Davis, un hombre que poseía todo, casi todo, financieramente no le faltaba nada, casado con una de las mujeres más codiciadas, no obstante, aun después de 2 años de casado, sigue siendo virgen. Considerando un negocio potencial, Alex mantiene un vínculo matrimonial con Marisol García, pero sin llegar a consumar ese vínculo. Durante su fiesta de aniversario, Alex pierde el control y termina acostándose con su secretaria, iniciando un infierno.
Ler maisTodos los días me despierto preguntándome, ¿Por qué mi vida es tan monótona? Me levanto diario a las cinco de la mañana, hago una hora de ejercicio y a las seis con Veinte reviso mi computador, repaso mi agenda y programo mi día, pero siento que esto me tiene atrapado, no hay nada emocionante en mi vida.
—Sr. Davis, el desayuno ya se encuentra listo. —Avisa la criada, quien sabe que me gusta la comida recién hecha.
—Bajo en un momento. —Necesitaba dejar en orden unas cosas.
En ocasiones es necesario que me recuerden, porque me quedo hipnotizado por la cantidad de trabajo a realizar.
Al bajar me encuentro a Marisol, sigo mi rumbo hacia el comedor sin prestarle tanto interés.
—Me pregunto yo, ¿Cuándo será la ocasión en que el señor Alex Davis se anime a tomarme como esposa? —dijo ella, quien sostenía un vaso de Whisky en su mano.
—No me interesan tus reclamos, además, ¿Son estas horas de tomar?
Ella me toma del brazo e inmediatamente giro mi mirada hacia ella, cuando nuestras miradas se cruzaron ella me suelta.
— ¿Acaso soy una burla para ti? —pregunta ella con lágrimas en el rostro— Mañana, cumpliremos dos años de casados, dos años desde que en ese altar dijiste que aceptabas ser mi esposo, sin embargo, mírame, solo soy una esposa de papel
—Tú conocías muy bien los acuerdos de ese matrimonio, al final los más beneficiados fueron tus padres. —Aún recuerdo que ellos acudieron a mí.
—Se suponía que sería tu esposa, dormir en la misma cama…
—Suerte con eso, legalmente puedes ser mi esposa, pero jamás serás mi mujer, reclámales a tus padres esas cosas, yo tengo otros asuntos más importantes que atender.
Continué mi camino, ella simplemente regresa hasta su habitación, no me importa, su familia la obligó a casarse conmigo para evitar que su empresa cayera en ruinas.
A las siete con treinta llegaba a la oficina, Gustavo, quien es el vicepresidente de producción, también estaba llegando.
—Hermano, felicidades, dos años de matrimonio. —dijo él en forma de burla, pues conocía los termino de mi matrimonio.
—Sabes muy bien que mi matrimonio es una farsa.
—Solo te quedan tres años más, después de eso serás libre de Marisol, además, no has aprovechado este matrimonio porque así lo quieres, Marisol es una mujer hermosa, no quiero imaginar...
—Si tanto la quieres puedes quedártela, créeme, no me voy a oponer, hasta un favor me haces.
Subimos hasta mi oficina y mi secretaria ya se encontraba ahí, me sorprende como esta mujer pueda estar siempre antes que yo.
—Valentina, ¿Acaso tú duermes en la oficina? —preguntó Gustavo, sé que lo hace para molestarla.
—Siempre vengo a las siete, así tengo todo listo para cuando el Sr. Davis venga.
—No le hagas caso, Valentina, sabes que lo hace para molestarte.
—En todo caso el Sr. Cifuentes es un superior.
—Tu jefe soy yo y es a mí quien debes explicaciones, además deja de llamarme Davis, llevas tres años trabajando conmigo. —desde que estoy en este puesto, ella ha sido mi única secretaria.
Me entrega los reportes de ventas mensuales. Industrias Davis, empresa fundada por mi padre, es una de la más grande industria en el mercado de los licores, dominamos tanto el mercado local y aportamos el 30 % del mercado internacional. Desde la muerte de mi padre, hace tres años, quedé a cargo del negocio.
— ¿Qué piensas hacer mañana? —preguntó Gustavo
— ¿A qué te refieres? —Sabía muy bien a que se refería, no obstante, para mí no era un asunto importante.
—Pues en la fiesta de mañana, no me digas que ya lo has olvidado.
—Ah, la fiesta de mi aniversario, la verdad me tiene sin importancia, no entiendo por qué Marisol quiso hacer esa fiesta.
—Sabes que ella necesita sacar a la luz que el matrimonio Davis García aún se mantiene, aunque en el interior todo eso sea una farsa.
Valentina entró y me salvo del interrogatorio de Gustavo, quien se retira a la llegada de ella, como si se tratase de alguien relevante.
—Como siempre entrando a tiempo.
—Es mi deber, cuando se queda mucho tiempo el Sr. Cifuentes, usted pasa de mal humor todo el día.
La quedé viendo de manera seria, ella entendió que era momento de retirarse, aun así, lo hizo con una sonrisa.
Durante todo el día estuve pensando en la fiesta de mañana, para mí no era nada importante, así que estaba considerando ausentarme.
El día transcurrió sin ninguna eventualidad importante. En casa me estaba esperando Marisol, al menos ya no siguió tomando.
—Hasta que por fin se decide aparecer el Sr. Davis —reclama Marisol.
—No sabía que era necesario venir temprano.
—Si serás, se suponía que revisaríamos los detalles de la fiesta de mañana. —Ella traía consigo unos documentos.
—Con respecto a la fiesta, creo que no estaré.
— ¿Cómo que no estarás? —gritó ella muy furiosa.
—Si quieres te traigo un micrófono para que toda la zona te escuche.
—Alex, tú no me vas a humillar de esa forma, si por alguna razón no apareces en esa fiesta, me conocerás.
—Que miedo.
Continué hacia mi habitación, me gusta ducharme antes de cenar.
Al día siguiente, después de mi rutina matutina, lo que hice fue ir al salón donde se realizaría la fiesta, Marisol se encontraba en el sitio, me vio sin prestarme importancia y continúo haciendo lo que estaba haciendo. Tras corroborar que todo estaba en orden fui hasta la oficina.
Valentina me estaba esperando.
—Señor, tenemos un problema.
— ¿Cuál? —Era normal que se presentara algunos inconvenientes, pero nada difícil que resolver
—La filial de San Isidro, el personal… entro en huelga, al parecer el gerente no les ha dado vacaciones en bastante tiempo y están reclamando pago de horas extras y un aumento salarial.
—Esas son cosas que tiene que resolver el gerente, si no que se encargue Gustavo, es su trabajo encargarse de las filiales
—Ya le he comunicado al señor Gustavo, en estos momentos está hablando con el sindicato.
Gustavo entra a la oficina, a pesar de la situación se veía muy tranquilo.
— ¿Qué pasa en San Isidro?
—Después de que inicio la huelga, el gerente ha renunciado, el sindicato se niega a hablar conmigo e indican que solo hablaran contigo en persona, sabes que no podemos parar mucho tiempo esa filial.
—Valentina, consígueme un vuelo para ya, además vendrás conmigo.
— ¿Conmigo? —pregunto ella sorprendida.
—No puedes hoy, he conseguido un poco de tiempo para mañana, recuerda que hoy es tu fiesta.
—La fiesta no me interesa, me importa más el negocio.
—Alex, por una vez en tu vida, escúchame, he ganado tiempo, puedes viajar después de la fiesta, pero no le hagas eso a Marisol.
—Valentina, te quiero en mi fiesta, lleva algo de ropa, reserva las habitaciones por dos días, nos iremos en cuanto yo te diga.
—No tengo algo un vestido de gala apropiado para su fiesta. —No sé si lo dijo como una forma de excusa.
Prepare un cheque de mi cuenta y se lo entregue a Valentina.
—Cómprate algo, vestido, zapatos, si o si te quiero ahí, tomate el día.
Valentina se quedó sorprendida, pocas veces le había dado un cheque personal, la última vez fue hace dos años, cuando su madre falleció.
— ¿Qué fue todo eso? —pregunto Gustavo, quien su rostro mostraba que estaba sorprendido.
—Eso, eso es mi excusa para irme de esa ridícula fiesta, solo haré acto de presencia y luego me iré sin dar tantas explicaciones. —continúe revisando los informes que me había dado Valentina temprano
—Lo que harás es provocar a Marisol, pedirle a tu secretaria que esté en algo personal, no sé qué tienes en tu cabeza, pero no me lleves contigo, además —agarro mi chequera y vio el monto del cheque— $5,000 dólares es bastante dinero.
—Lo que yo haga con mi dinero no te incumbe, además tú estarás con Valentina, hasta que nos vayamos.
—No, no me harás eso, yo ya tenía acompañante.
—Pues le vas a cancelar, prefiero que llegues con Valentina a que llegues con quien sabe que amiga.
—Lo siento, hoy no seré tu pasajero —le dije al taxista mientras abría la puerta del vehículo y saltaba fuera justo antes de que girara la esquina.La adrenalina corría por mis venas mientras me alejaba corriendo del taxi. Sabía que debía actuar rápido y mantenerme oculto para escapar de aquellos que me vigilaban. Corrí por callejones estrechos y laberínticos, tratando de despistar a cualquier posible perseguidor.Finalmente, encontré un lugar seguro donde esconderme: un pequeño café que parecía tranquilo y poco concurrido. Me adentré rápidamente y me senté en una mesa apartada en un rincón oscuro. Mientras recuperaba el aliento, observé atentamente a mi alrededor para asegurarme de que nadie me había seguido.Pedí un café y traté de pensar en mi siguiente movimiento. Sabía que no podía quedarme mucho tiempo en ese lugar, ya que los buscadores de la organización estarían tras de mí. Decidí contactar a Valentina, mi amiga y confidente de confianza, para pedirle ayuda.Saqué mi teléfono
Cómo aún tenía que disimular que ya sabía todo, entonces lo que hice fue encender las luces del pasillo. Sabía que esto iba a alarmar a esos dos, lo que menos quería era dejarme al descubierto.—Amelia, ¿Eres tú quien está ahí? —Ella no respondió a mi llamado. —¿Amelia?—Alex, si soy yo, me asusté un poco, no te Vi y salí a buscarte.— ¿Estabas con alguien más? Me pareció haber escuchado otras voces.—No, no, estoy sola, quizás es el cansancio que tienes lo que provoca eso, porque no te arecuestas un momento, te ayudará.—Creo que sí.Ella busco la forma en que yo no siguiera avanzando hasta las escaleras.—Amelia, ¿No extrañas tenerte una vida normal?—Alex, cada familia es distinta, nada será igual, lo único es el cariño por nuestros hijos.Después de que Amelia tuvo a Francisco, decidió cancelarse, ella decia que con dos hijos es suficiente y podía darles amor por igual.Yo no me opuse, siempre trataba de apoyarla en todo lo que podía.En la mañana siguiente, busque alguna forma de
Tras unos días Nicky nos informó que debía de dejar el edificio, la verdad para nosotros era mejor, nuestros suministros se estaban acabando, además, necesitaba verificar si mis sospechas eran ciertas.—Alex, me voy por una simple razón, la vida de Valentina está corriendo peligro, necesito ver que puedo hacer para que pueda salvarse.—Está bien, avísame cualquier cosa.—Alex, si es posible comunicarte con su equipo de seguridad, hazlo, de lo contrario no será fácil acercarme.Me quede pensando en eso un momento, la verdad es que no sé si pueda confiar totalmente en Nicky, además, aquí no había forma de contactarme con ella, no recordaba su número, mi teléfono está destruido.En cuanto ella se fue, le pedí a Amelia que desarmáramos toda la cocina, por más que movíamos las cosas, no encontrábamos el sitio que yo medio recordaba.—No entiendo qué sucede, ¿Por qué no está aquí? —dije casi gritando.—Alex, no te atormentes, el detalle es que has olvidado muchas cosas, si hubiera una forma
Narra Alex—Vamos, no tenemos mucho tiempo —abrí los ojos y el que estaba tirado era Nelson.— ¿Lo has traicionado?—Una cosa es matar a un adulto, pero matar a niños, eso jamás.—Lo dices demasiado tarde, tú eres la culpable de todo esto.El enojo pudo conmigo, no sé cómo me lance sobre ella y la tomé del cuello, por un momento me olvide de que estaba armada.— ¡Tu familia...! ¡Ellos están...!—Sí, están muertos, te mandará junto a ellos.— ¡No, están aquí...! ¡Viven!—Estoy seguro de que lo dices para que te suelte.—Están en tu habitación.Cuando ella dijo eso mi mente se quedó en blanco, la libere de mi mano y aún seguía procesando lo que me dijo, escuche cuando los mataban.—Me estás mintiendo, el audio era claro...—El audio estaba manipulado, cuando te chocaron fueron tras ellos y los han traído aquí, si quieres ve y lo constata tu mismo.— ¿Por qué estás haciendo esto? Pensé que te gustaba.—Alex, no entiendes, llega un momento en que te das cuentas que has cometido muchos err
Narra Alex.No ha sido fácil para Valentina aceptar de que yo me acerque al pequeño Alex, sin embargo, no lo ha negado, lo único que me ha pedido ella es que no quiere ver a Amelia y nuestro hijo en común.El pequeño Alex de alguna forma u otra se ha apegado a mí, no obstante, para él no es fácil cada vez que yo me voy.Estaba conduciendo hacia mi casa, Amelia y los niños me estaban esperando, hasta que fui emboscado. Una camioneta golpeó el auto en el que iba, como solo venía de visita y no había visto ningún riesgo en mucho tiempo, no usaba el auto de seguridad.La cabeza comenzó a dolerme, quizás haya sido por el impacto del golpe. A como pude salí del auto, sin embargo, alguien se acercó a mí y me dio una patada en la cara, perdiendo el conocimiento.Cuando desperté estaba en el despacho de la mansión Davis, estaba amarrado a una silla, estoy seguro de que Vladímir al final me pudo encontrar.La puerta se abrió y quien entro fue Marisol.—Marisol, ¿Tú en esta casa?—Si, esta casa
Narra MarisolAunque me repugnaba pensar que Nelson pudiera tocarme, al final él tenía otros planes en mente, quería a una mujer que pudiera controlarla y a su vez, esa mujer controlar a su hijo, así que al final me han traído no para que el Sr. Nelson estuviera conmigo, sino para Raúl.El Sr. Nelson hasta cierto punto sabía que su hijo tenía cierto interés sobre mí, al inicio me vio como una caza fortuna y por tal motivo me rechazaba, ahora que puede simplemente controlarme me trata como algo insignificante.Alcanzar mi objetivo no fue nada difícil, pero antes recibí atención médica, ya que mi cuerpo estaba maltratado en algunas partes.Mi primer hijo fue dado en adopción y en esta nuevamente en esta ocasión alguien más ha tomado la decisión de dar en adopción a mi segundo hijo. Cualquiera diría que soy una mala madre, pero ellos han nacido producto de violaciones y este último fue producto de la violación que sufrí de parte de Vladímir Davis.Nelson se encargó para que Raúl no se d
Último capítulo