Las horas pasan y nosotros llegamos a nuestro territorio con Mike mirándonos con tanto enojo que Carolina se levanta de su resaca para vomitar, pero, cuando ve por la ventana que hemos llegado a nuestro territorio, la ebriedad desaparece.
— Oh, siento que todo me da vueltas. Voy a vomitar incluso mi consciencia. — dice Carolina sintiéndose terrible.— Bueno, ya que vomitaste todos mis secretos delante de los chicos, no me sorprende que no tengas consciencia que vomitar.— ¿Yo hice eso?— Sí, ahora, baja que ya ha llegado tu esposo a recogernos. — digo señalando en la puerta al hombre que se baja del auto para mirarnos con enojo puro.Carolina parece reaccionar, porque incluso deja de tambalearse y se regresa cobardemente para lanzarse a la cama donde seguramente, no deseará salir en lo que queda de vida.— ¡Yo no voy a salir! ¡Que me regresen ahora mismo!