Lilia prepara a Alan para ir al colegio y corre hacia la cocina porque el almuerzo ya está listo. Sirve su porción y la del niño y los guarda en sus respectivas loncheras, luego le dice que se siente en la mesa y le pone el desayuno en frente.
Mientras él come, Lilia prepara café y se sirve, luego se coloca al lado del pequeño y desayuna junto a él.
—Mami, papi me dijo que él y su novia me llevarán a pasear —dice el niño con emoción en la mirada.
Lilia le sonríe y sorbe de su café, entonces le echa jugo al vaso de Alan y al suyo.
—Sí. Yo te llevaré esta vez porque también voy para Diamond. —Suspira nerviosa. Saber que estará en la mansión de los Nisson por varios días le provoca escalofríos en todo el cuerpo.
—¿Vas a pasear con nosotros, mami?
—No, mi amor. Voy a estar ocupada en una reunión de adultos, es por eso que tú te quedarás en casa de tu papi en esos días.
—Oh... ¿Qué vas a hacer en esa...? —Él se queda pensativo, al no recordar la palabra que su madre mencionó.
—Reunión, car