Bratt se toma una piña colada mientras mira a su alrededor, en busca de una conquista. Evita el alcohol porque sabe que eso empeoraría su condición y esa noche desea pasarla muy bien.
Ve entrar a una mujer rubia, de cuerpo atlético y labios muy rojos. La detalla con cautela para estudiar su personalidad y saber cómo abordarla; sin embargo, hay una chica al otro extremo que capta su atención.
Ella es muy diferente a la rubia atractiva, quien es el tipo de mujer que siempre le había gustado, mas ahora, no le provoca nada.
—¿Qué diablos me pasa? —masculla entre dientes, y vuelve a fijar la mirada en la otra mujer que había captado su atención.
Ella luce menos experimentada que la rubia, hasta podría decir que es tímida y reservada, debido a la manera en que conversa con sus amigas.
Le llama la atención el cabello castaño hasta los hombros, la mirada baja y el cuerpo llenito.
—¡Maldición! —profiere con ganas de golpear a alguien—. Sal de mi cabeza, Hadita. ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿V