—Rubén, creo que lo mejor es organizar una rueda de prensa. Tal como están las cosas, todo el mundo espera una explicación tuya —dijo Leo con preocupación—. En ese momento, tanto tú como Francisco van a tener que dar la cara. ¿Están listos para eso?
Rubén dirigió la mirada hacia Francisco y asintió con firmeza.
Francisco no dijo nada; simplemente le apretó la mano con más fuerza. En ese instante, sintió que podía perder el mundo entero, pero no estaba dispuesto a perderlo a él.
—De acuerdo, yo me encargo de organizarlo —asintió Leo, satisfecho con su resolución—. Pero... vas a tener que hablar con tus papás. Y también con Valeria.
El semblante de Rubén se alteró, revelando un rastro de culpa.
—Vamos a disculparnos con ellos.
—Bien, empezaré a contactar a los periodistas ahora mismo.
Leo apenas había dado un paso cuando Rubén lo detuvo, sujetándolo del brazo. Al girarse, se encontró con la mirada agradecida de su amigo.
—Leo, de verdad, gracias.
Leo le restó importancia con un ademán y