—¡Amigos televidentes, muy buenos días! estamos transmitiendo en vivo para Noticias de la Ciudad desde la boda del presidente de Corporativo Unión, Rubén Alarcón. Como pueden ver, el lugar está abarrotado; es un verdadero mar de gente. Los invitados ya han llegado y todos esperamos la aparición de la novia. Este es el segundo gran enlace de uno de los hombres más prominentes de la ciudad, después de la boda del presidente Efraín Herrera. Sin embargo, hay que decir que esta celebración es mucho más ostentosa.
Rubén, vestido con un traje blanco de Armani, observaba desde la terraza a la multitud que se extendía abajo. Se sentía desorientado, como si no fuera su propia boda. La cabeza le pesaba; apenas había dormido la noche anterior, que pasó fumando sin parar. Seguramente se veía demacrado.
Efraín, de pie entre los invitados, miraba a Rubén en el altar con una sensación de profunda tristeza. No veía ni un rastro de alegría en sus ojos, y en él reconoció al hombre que él mismo había sid