Haidar salió de su oficina y subió a su auto. Inicialmente, planeaba dirigirse a su casa para reunirse con Brenda, pero una llamada repentina lo hizo cambiar de rumbo. Era su tía Aisha, quien con su voz cálida, lo invitaba a cenar a su casa.
—Haidar, me hace mucha ilusión que vengas. Al menos comparte una comida con nosotros. Antes solías venir con frecuencia y ahora apenas lo haces. Entiendo que tengas más responsabilidades, pero me gustaría que por favor cenemos juntos esta noche. Y si es posible, trae a tu esposa.
Haidar pensó por un momento, consciente de que no podía rechazar la invitación.
—Tía, agradezco muchísimo tu invitación. Puedo ir, pero Brenda no podrá acompañarme esta vez.
—Entiendo, ya será en otra ocasión. Te esperamos.
La llamada terminó poco después, y Haidar ajustó el rumbo hacia la casa de sus tíos. Afortunadamente, el tráfico era ligero, y llegó a la propiedad en poco tiempo.
Al entrar, fue recibido por los brazos abiertos de Aisha, quien lo abrazó con emoción.