Capítulo 7: Helado, película y pijama feo.
Con el corazón destrozado, pero en pie, así es como Vania llega a Roma. El hombre de la cicatriz, quien se llama Bernard, es quien personalmente se encarga de llevarla a la casa de su amiga.
—Muchas gracias, por favor dígale a Ulises que no tendré nunca cómo pagarle lo que hizo por mí.
—Yo le daré su recado, señorita, que tenga una buena noche.
Ve al hombre partir de allí, mientras que ella se enfrenta al edificio en donde su amiga vive junto a su hermano. Suspira para darse el impulso que necesita, porque sabe que la reprimenda que le llegará ahora mismo será la más grande de todas.
Pero, mientras Vania se dirige a una reprimenda, Mateo entra asustado, porque se ha tardado más de lo que debió. Al entrar, se va a la cocina, donde se supone que Vania lo esperaría con una sorpresa, pero las luces están apagadas. Las enciende y se da cuenta que todo está perfectamente ordenado.
Sale de allí a buscarla a la oficina, pero la puerta está abierta, las luces apagadas y tampoco está allí. Un f