Capítulo 8: Una mentira que llama al rencor.
Para Mateo la noche se hizo eterna, el saber que Vania conoce la verdad y no haber estado allí para desmentir las palabras de Galeia lo está volviendo loco.
«¿Y cómo pensabas desmentir a tu esposa? Porque en verdad lo es», su consciencia lo incordia a cada momento con ese pensamiento. Pero ya estaba solucionando aquello, esa mujer dejaría de ser su esposa y sería libre de casarse con su niña hermosa.
Para cuando el sol sale, se mete a la ducha recordando la manera en que los dos se amaron en cualquier lugar. Vania es tan receptiva que no le importa dónde terminan haciendo el amor, porque eso es lo que hizo con ella, no era solo sexo como con las demás. Era perfecta para él, con un deseo infinito por él, aunque ahora mismo seguro lo está odiando.
Sale de la ducha, se seca sin dejar de pensar en la manera que le explicará las cosas y luego sale a vestirse. Ve la hora en el reloj, es muy temprano aún para presentarse en su departamento, pero sale de todas maneras, se monta en el auto y d