—¡Anthony! ¡Sálvame!
Al mismo tiempo, Sofía gritó roncamente y se precipitó hacia otro anillo de fuego como si su vida dependiera de ello.
Las llamas ardían como una bestia feroz, abrasando sin tregua.
A los ojos de Katherine, todo a su alrededor se disipaba constantemente, dejando sólo las vacilantes llamas meciéndose en el viento, como si fueran a devorarla.
Katherine pensó: —¿Quizá moriría quemada así?
Años después, Katherine pensaría en lo bonito que sería poder morir en este incendio.
Los gritos de socorro de Sofía resonaron, y el alboroto cercano también llamó su atención. Katherine sonrió débilmente, pensando para sí: —Mientras Sofía esté aquí, seguro que Anthony aparecerá. Por Sofía, Anthony puede hacer cualquier cosa.
Su sonrisa era muy sombría.
El fuego era cada vez más intenso, pero Katherine no podía emitir ningún sonido. Sólo podía usar todas sus fuerzas para avanzar hacia la caja que había caído al suelo.
Era su única esperanza de vida.
Ante los gritos de auxilio de Sofí