Katherine lo miró, sus pensamientos hechos un caos. ¿Cómo era posible que Héctor estuviera dispuesto a asumir tal compromiso, cuando ni siquiera tenía una obligación real con ella? Él era como de la familia, pero no un Marsh y apenas se conocían. Sin embargo, algo en su tono, en su postura, le decía que él hablaba en serio. Héctor no era como Anthony, eso estaba claro, pero ¿hasta qué punto estaba dispuesto a llegar por ella?
—Héctor… —comenzó, pero su voz se quebró. ¿Cómo lograrías que Anthony firme el divorcio? —preguntó, su mente volviendo a la cruda realidad de su situación—. Yo misma no he podido convencerlo.
Héctor se acercó aún más, su determinación era inquebrantable.
—Tengo mis formas, Katherine. Él no podrá negarse, —respondió Héctor con una frialdad que Katherine no le había visto antes—. No te preocupes por eso. Anthony ha jugado con tus miedos, pero conmigo no podrá hacer lo mismo.
Katherine lo observaba con una mezcla de sorpresa y cautela. A pesar de lo protectora que h