Héctor tomó su celular con manos temblorosas, sintiendo cómo el pánico se apoderaba de él. Sin perder tiempo, marcó un número que había memorizado por años, el de su subordinado más confiable. Cuando la voz familiar respondió al otro lado de la línea, Héctor apenas pudo contener la urgencia en su tono.
—Despliega a todos los hombres —ordenó, su voz grave y firme—. Busca a Katherine Walker y pon al tanto al delegado de la policía. Dile que se trata de un secuestro.
Mientras hablaba, su mente corría a mil por hora, visualizando todos los lugares donde podría estar Katherine, cada rincón de la ciudad que Sofía podría haber utilizado como refugio. La preocupación por ella se mezclaba con la frustración de no haber podido protegerla.
Del otro lado de la línea, Anthony había terminado de escuchar, su corazón se aceleraba al igual que el de Héctor. Había permanecido al margen, escuchando la conversación, pero ahora no podía esperar más. Colgó el teléfono y rápidamente comenzó a organizar a s