— Walter… — Tabitha tragó grueso, era obvio que su prometido estaba dolido con su exesposa, que sentía afecto y eso la llenaba de una profunda rabia, pero no era momento de exponer su descontento, sino de usar la estrategia y el cerebro, por eso ella había llegado hasta aquí. — Cariño, eso quedó en el pasado, es momento de soltar y recomenzar…
— ¿Qué? — Walter la miró extrañado, mientras que con total calma, Tabitha se acercaba para abrazarlo.
— Escucha, yo… Con eso de la hospitalización y de que me sentí muy mal, pensé que… Pensé que sería bueno que dejemos todo lo malo atrás y ahora que somos felices, deberíamos compartir un poco de nuestra felicidad…
— ¿Compartir nuestra felicidad?, ¿con mi exesposa y su prometido? — Preguntó Walter con un tono irónico.
A lo que Tabitha sonrió viéndolo a los ojos, y aunque en su expresión ella quería mostrar sinceridad y humildad, Walter pudo ver en la expresión de su prometida, una pequeña chispa de malicia.
— Así es… Esa invitación es un