— ¿Hacia…?, ¿Hacía una isla desierta? — Preguntó Nicole, confundida, dejándose envolver entre los brazos de Patrick. — Cariño, eso no suena muy romántico o tentador… De hecho, creo que da algo de miedo…
— ¿No te gustaría perderte conmigo en un pequeño pedazo de tierra apartado en el medio del mar, sin nada, ni siquiera ropa, solos tú y yo juntando nuestros cuerpos desnudos entre las olas del mar…? — Explicó Patrick al tiempo que sus manos se deslizaban como los tentáculos de un pulpo bajo la pijama de Nicole, haciéndole perder la noción de lo que hablaban.
— Cielos… Sí… Sabes que iría a donde sea contigo… Hasta el fin del mundo… — Balbuceó Nicole, cerrando los ojos, al tiempo que se entregaba al placer que le ofrecían las caricias de Patrick.
— Así me gusta… Donde sea y cuando sea… Hasta el fin del mundo… — Repitió Patrick en un gruñido al pie del oído de Nicole, para luego mordisquearle el lóbulo, causándole un estremecimiento, haciéndole soltar un pequeño y muy seductor gemido.