Thomas tan solo comenzó a bajar la mano con lentitud, para luego sobarse la mejilla dolorida.
—No te golpeare —le aseguro.
—No eres lo suficientemente importante como para que manche mis manos contigo —sentencio con desprecio, mientras se aleaba un par de pasos de ella.
—Eres el error más grande que he cometido en la vida. Hubiera sido mejor solo permitir que tu padre me calumniará, que le dijera a todo el mundo que algo paso entre nosotros; que te había deshonrado —afirmo.
—Porque yo sé que eso no es verdad, jamás te toque y no puedo estar más que agradecido por ese hecho —admitió con placer.
—La sola idea de que hubiera sido tan débil como para caer en tus embustes y que eso hubiera tenido sus consecuencias, es algo que no podría soportar —reconoció, haciendo