Ayudaron con la recolección durante varias horas, deteniéndose solo un breve momento para descansar y comer algo. Varias mujeres habían preparado la comida y la repartieron a todos los trabajadores por igual, nadie tuvo preferencias; ni siquiera ellos.
Catherine disfrutaba de esta, sentada en el piso bajo la sombra de uno de los árboles.
Justo terminaba su trozo de pan, cuando se le acerco una pequeña de escasos 4 años. Esta se le quedo viendo largo rato, hasta que ella le volteo a ver.
—¿Hay algo en lo que puedo ayudarte? —le cuestiono, intentando asegurarse de que se encontrara bien.
—¿En verdad eres una Condesa? —le cuestiono, mientras continuaba observándola fijamente.
Al escucharla, Catherine solo pudo sonreír. Sin embargo, cuando se encontraba a punto de reconocer que así era; recordó cuan