Catherine se encontraba dormida en la cama, cuando escucho el leve chirrido de la puerta al abrirse. Se trataba de un sonido tenue, pero que fue capaz de despertarle. Su sueño era tan ligero, que prácticamente cualquier cosa le podía en alerta en esos días.
Se trataba de Thomas, quien entraba con sumo cuidado. Parecía no desear despertar a nadie, tal como si temiera ser visto; lo cual no era nada común en él y es que siempre parecía estar seguro de sus acciones.
Su actuar no pudo pasarle desapercibido, así que se incorporó para encender la lampara en su buro. En el momento en que la luz ilumino toda la habitación; Thomas se irguió sorprendido, viendo a Catherine sentada en la cama. Eso era lo que menos deseaba, por lo que intento ser sigiloso y por desgracia fallo.
—Duérmete —le ordeno, intentando mantenerse en las escasas sombras.
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