Unas horas después, Catherine se sentía cada vez peor. Sin duda había pescado un terrible resfriado, mismo que le estaba haciendo padecer. Aunque por fortuna ahora tenía el consuelo de que Thomas sabia la verdad, que estaba consciente de que jamás paso nada entre ella y Paul.
El saber que no sospechaba de ella le hacía sentir sin duda mejor y es que no soportaba más de sus acusaciones, reclamos y la forma cruel en que la trataba.
Sentía que literalmente no podía seguir en pie, así que subía las escaleras a su habitación. Pretendía meterse en la cama y dormir, esperando que al día siguiente se sintiera al menos un poco mejor.
Podía ver la puerta a solo unos pocos metros de distancia, era todo en lo que podía concentrarse; todo lo que necesitaba hacer. Por desgracia y cuando se encontraba a punto de conseguirlo, Thomas se