Thomas no pudo acudir al encuentro de Arthur y es que después de lo sucedido, la verdad es que ni siquiera lo recordaba. Cuando Catherine entro en labor y después del nacimiento de su hijo, ellos eran todo lo que ocupaba su mente.
Fue de ese modo hasta que pasado el mediodía cuando se encontraba en su despacho, de pronto alguien toco a la puerta con fuerza e insistencia.
—Puede pasar —indico a quien sea que estuviera al otro lado y que parecía tener mucha prisa.
Entro pues uno de los empleados para brindarle una reverencia.
—¿Qué es lo que pasa? —trato de entender y es que parecía un tanto nervioso.
—Su majestad, el príncipe Arthur se encuentra aquí y desea verlo —le informo con rapidez.
Al escucharlo se puso en pie con prontitud, para dirigirse hacia donde este se encontraba. Al llegar a la sala lo encontró