En esos momentos, John llego con premura a la casa de campo. Después de lo sucedido con Catherine y Thomas, se encontraba consciente de que necesitaba más que nunca a Harriet para afianzar su situación.
Sabía que si las cosas empeoraban aún más, entonces su matrimonio con Morgan seria lo único que podría salvarlo. Necesitaba asegurarse de que sucediera, así que lo mejor que podía hacer era adelantar las cosas y para eso la necesitaba a su lado.
Al llegar a la casa bajo del carruaje con rapidez, encontrándose con los empleados que cuidaban de la propiedad.
—¿Dónde está mi hija? —les cuestiono de inmediato y sin darles la oportunidad siquiera para brindarle una reverencia adecuada.
—Sigue en su habitación, justo como lo ordeno —le respondió uno de estos, consciente de que no podría ser de otro