Isabella se desvaneció en los brazos de James, qué asustado, intentaba hacerla volver en sí.
— Isa… ¡Isabella! — le dijo sacudiéndola y comprobando su respiración — Vamos Isabella, ¡Reacciona!
Isabella se vio hundido en el fondo de un pozo, oscuro y húmedo, se abrazó a sí misma cuando sintió el viento helado golpearla con fuerza. Vio a lo lejos una ventana abrirse, y al otro lado estaba su reflejo, pero ya no era ella, no como era ahora, tenía mucho más peso, estaba desarreglada y pálida, las ojeras oscuras bajo sus ojos le daban un aspecto maltrecho y de haber estado llorando mucho.
Era Elisa, y estaba de pie frente a la puerta del tribunal.
Necesitó respirar hondo antes de entrar, recordaba ese día, en el que se decidía si Maty viviría con ella o con su padre.
Pero las cosas no estaban a su favor, todas las pruebas apuntaban contra ella como culpable de haber cometido adulterio, así que, su abogado ya le había advertido que era poco probable que fallaran a su favor.
Se llenó de valo