Abrí los ojos y vi a Basilio sentado junto a la ventana, sacando su teléfono para hacer una llamada.

—¿Ya se encargaron de la persona que empujó a Dalia en la cima? Bien, excelente trabajo. Hacerlo pasar por un espía capturado y ejecutado idea brillante. Aunque Dalia investigue en el futuro, no encontrará ninguna prueba.

Al escuchar sus palabras, no pude contener más las lágrimas y estas comenzaron a rodar por mis mejillas, mojando la almohada.

—Por cierto, a Dalia siempre le han gustado las flores. Mañana, en cuanto termine la cirugía, llenen su habitación con sus rosas favoritas. Acuérdate, pon muchas de color lila claro y rosa. También, planten rosas en la mansión. Cuando se recupere y vea esas flores, se animará. Además, consigan dos perritos adorables. Siempre le han encantado los animales pequeños.

Hablaba con tanta seriedad, pero yo no podía evitar sentir un frío recorriéndome todo el cuerpo.

No solo era la Gamma de la Manada Lobo Gris, sino también una Luna de nacimiento, destinada a ser la compañera del Alfa. Había luchado en la primera línea de la manada durante diez años, ¿y así era recompensada? ¿Con esta traición, este daño?

La boda que había esperado durante cinco años, el lugar que había diseñado con tanto detalle durante un año, ahora serían para otra persona.

Así que las mentiras y el engaño eran la verdad detrás de nuestro supuesto «amor».

Finalmente, Basilio salió de la habitación, y solo quedó el sonido intermitente de los aparatos médicos y de mi corazón, que se enfriaba y se rompía despacio.

Mi mirada se volvió dura y la balanza que se movía dentro de mí finalmente se inclinó por completo.

«Querido Adrián Basilio, ya que elegiste a esa Omega, Milagros Solís, te voy a complacer», pensé. «Espero que no te arrepientas cuando nos volvamos a ver.»

Con dificultad, tomé el teléfono que estaba sobre la mesita y busqué en la lista negra ese número que pensé que nunca marcaría en mi vida.

El teléfono solo sonó dos veces antes de que contestaran.

—Querida Dalia, sabía que me contactarías. La Diosa de la Luna favorece a los cachorros inteligentes.

Pero el tiempo apretaba, así que no perdí tiempo en pláticas inútiles.

—Antes me propusiste ser la heredera de la Manada Lobo Blanco. Acepto. Pero necesito que vengas rápido ayudarme, o podrías recibir a una discapacitada. Supongo que la sagrada Manada Lobo Blanco no querrá una heredera inútil, ¿verdad?

Intenté provocarlo para que actuara rápido.

Sin embargo, la persona al otro lado del teléfono no mostró ninguna preocupación.

—Querida Dalia, no te preocupes, ya lo tengo todo planeado. El doctor Mateo es uno de los nuestros, él se encargará de todo. Después de la cirugía solo necesitarás descansar. En cinco días, mi gente llegará a Ciudad Orillante para sacarte de la Manada Lobo Gris.

Al escuchar sus palabras, suspiré aliviada y, sin darme cuenta, me toqué el abdomen, en donde tenía un hoyo, del tamaño de un tazón, lleno de sangre.

Como Gamma, tenía una gran capacidad de regeneración, la verdad no necesitaba cirugía ni anestesia especial.

Todo esto era parte del complot y las mañas de Adrián Basilio.