— Para...
— Señora!Una mano extraña me toca mientras le grito a la Reina de mis sueños.— Por favor...no...no... — gruñón.— Mila!Estoy en el hospital, en la misma habitación que me vi cuando desperté al lado de Benjamin. No entiendo por qué no puedo moverme, de hecho, no entiendo ni cómo estoy logrando verme. Si fuera un reflejo, lo sabría, y si esa parada frente a la enfermera no fuera por mí, también lo reconocería. Quiero abrazar a Peter y pedirle perdón a mi marido."¿Por qué no puedo moverme?"<