Yuri.- Aun me quedaban muchas interrogantes ¿por qué Emil Kosta tiene tanto interés en atrapar a este imbécil? Lo obligué a narrarme cada día que pasó con Nadia todo lo que hizo y me sorprende que este cobarde haya tenido las bolas para hacer todo eso. La rata de Andrey no tenía idea, ¡Pfff! ¡familia! Ni él ni su padre pudieron proteger a Nadia se volvió la puta de bastardo cobarde, pero debo reconocer que ahora que sé la experiencia que tiene en la cama la idea de convertirla en mi esposa me atare mucho más. — ¿Y qué tal sí? — Señor, tenemos noticias sobre Bucarest, nuestros hombres… no aparecen. Hago crujir mi cuello para calmar mi ira, supero al Dragón en número de hombres, pero en astucia y eficacia los míos parecen unos idiotas. — ¿No deje claro la importancia de que no se dejaran descubrir? –mi tono firme y frío hizo bajar la mirada de mi guarda espalda – ¿qué pasó? — No hay rastro de ellos, pero un último mensaje fue recibido por Zumar –extendió su celular con la mano te
Nadia.-Como me había enseñado Lina un poco de seducción y conseguirás lo que deseas de cualquier hombre, claro Emil intentó enseñarme el arte de la seducción, pero él es hombre, no es un experto. Así que usé mis dotes enseñados por mi mejor amiga, pero ahora…ahora había caído en las redes de mi marido, sintiendo la gloria debajo de sus labios moviéndose con tenacidad en mi punto más débil, robándome gemidos sin cesar. Tanto que había olvidado mi propósito cuando ingresó a nuestra habitación, mi cuerpo se tensó al sentir la llegada del orgasmo, no dudo en entregarme por completo, me dejo llevar cuando cada centímetro de mi piel se eriza y mi cuerpo se fragmenta en mil pedazos.— No te pongas cómoda mariposa, aún no termino contigo –se aleja, mi pecho sube y baja con la sensación del orgasmo recorriendo mi sistema, su mirada endemoniada, llena de deseo me escruta sonriendo por la satisfacción de haberme llevado al cielo hace solo unos segundos. Muerdo mi labio al verlo en su máximo
Nadia.-Pensé que lo peor que me podía pasar esta semana era haber peleado con Lina y verla partir de la mansión. Pero, no lo peor estaba ante mis ojos, la mujer que me había dado la vida, por la que había derramado tantas lágrimas, estaba allí caminando tranquilamente por las calles de Constanza, estuvo tan cerca, todos estos años. — ¿Por qué no me lo dijiste antes? –le pregunté a Emil, sin apartar mis ojos de ella.— Queríamos estar seguros, de que fuera ella. — Es evidente que Desmond no habló con ella. — No, no era conveniente la hubiésemos alertado, tiene que dar explicaciones, pero, es a ti quien debe dárselas, no a Desmond ni a mí. — No hay explicación válida para justificar el abandono de tus tres hijos, nunca he pensado en ser madre, pero jamás abandonaría a mi hijo por nada.— Si no estás lista, podemos irnos, ya sabemos dónde encontrarla. Mis ojos la siguen hasta que entra en una pequeña casa, sencilla, con una calidez hogareña que se puede sentir solo con verla. — N
Nadia.- — Ese día tu padre me llamó, desesperado, quería ponerla a salvo, pero era demasiado tarde ya el coche de tu madre había chocado –el recuerdo lo hizo temblar, tenía la mirada perdida–. cuando él y yo llegamos, el auto estaba en llamas, Rose tenía la completamente ensangrentada, nos esforzamos por sacarla y lo hicimos, respiraba aunque con dificultad, a tu padre se le ocurrió hacerla pasar por muerta, cuando la ambulancia llegó, le pagamos a los paramédicos, para que dictaminaran que tu madre había muerto en la escena. Hizo silencio, mirándome esperando mi reacción. — Se hizo todo el protocolo, tu padre identificó su cadáver a puerta cerrada, hicimos correr el rumor que su cuerpo estaba irreconocible y en secreto estaba siendo atendida por dos médicos de confianza de mi hermano, luego de eso me suplicó que me la llevara, el traslado lo hicimos en la madrugada, esa noche llegaría un cargamento y los araña roja estarían con su atención puesta en eso. — ¿Entonces a quien enter
Emil.-No me importaba en lo más mínimo el sufrimiento de los demás, mucho menos el de este hombre que parecía en fachada… bueno. Pero, ver a Nadia tan destrozada, cuando me juré a mí mismo que nunca más volvería a derramar una sola lagrima, que sería feliz, y aquí estamos. — Sabes, no soy un mafioso –Asan rompe el silencio de la sala–. Pero, te puedo asegurar que ese porte no funciona conmigo, no me das miedo. No moví un solo musculo, sabía que si lo hacía, sacaría mi arma y pondría una bala en medio de esas cejas encanecidas. — Sé quién eres, mi hermano me habló de ti –expresó confiado con una sonrisa seca, resignada.No le demostré asombro, me quedé clavado en el mismo sitio. — El tatuaje en tu muñeca, mi hermano me lo describió, me indicó que le debías tu vida, que te buscara, pero yo… no quería saber nada de ese mundo y aquí estamos –abrió los brazos con un gesto dramático–. eres el esposo de mi sobrina.— ¿Acaso te molesta? — Sí, Nadia se merecía una mejor vida. Suelto un
Yuri.-— ¿Comprendiste lo que debes hacer? Eres un chico muy inteligente Aleksi. Sonreí pasando mi mano por su cabello rubio, el color que lo oscurecía había desaparecido. — Sí, padre, haré lo que me pides –me miraba fijo con esos color verde, iguales a los de su hermana, intensos. — Te llevaremos y te dejaremos en Bucarest, muy cerca de la mansión del dragón, no me falles Aleksi, eres el único que puede hacer esta misión, confío en ti, te entrené yo mismo, recuperaremos a tu hermana de las garras de ese desgraciado que la secuestró, volverá aquí con nosotros que somos los únicos que realmente la amamos. Poner a Aleksi de mi lado ha sido el mejor plan que he ejecutado hasta ahora, este pequeño será quien destruya al dragón y con Nadia como la jefa de la mafia, con nuestra unión seré el rey de ambas organizaciones. Su pequeño hermano la influirá y no le quedará de otra que unirse a mí, ¡Aaah! Ya ansío ese momento de tenerla desnuda en mi cama, entregándose a mí, siendo únicamente
Varna, Bulgaria.-Nadia.-Siento el sudor deslizándose por mí frente a medida que avanzo, mis piernas comienzan a sentir el agotamiento mientras corro por las calles de Varna, miro mi reloj y frente a mí la luz neón del nombre del bar ilumina mi rostro.— Nuevamente tarde –Ruedo mis ojos, intento recuperar el aliento después de la maratón que me acabo de echar para llegar a tiempo a mi turno, fracasando estrepitosamente, en la entrada se encuentra Boris, el guardia de seguridad de este lugar. –Boris— Nadia –Su semblante es serio, sus brazos fuertes y musculosos, llenos de tatuajes, están cruzados sobre su pecho, todo para infundir miedo, pero detrás de esa fachada dura es solo un enorme oso de felpa o por lo menos conmigo lo es. –Llegas tarde.— ¡Lo sé, lo sé! –Salto dejando un beso en su mejilla, que medio lo hace sonreír, de inmediato vuelve a su postura de ogro.Entro como un huracán al bar, la oscuridad del interior es característico, los rostros que visitan este lugar no son los
Nadia.-La ira mezclada con el miedo recorría cada rincón de mi sistema, era una sobreviviente y ahora acabaría en manos de un mafioso o sicario lo que fuera este hombre, en ese momento pensé en mis hermanos sobre todo en Aleksi aún me necesitaba, quería alejarlo de la vida que seguramente Andrey mi hermano mayor lo arrastraría.— Señor Petrov –desvié mis ojos cuando escuché a Niko y maldije para mis adentros, no solo había fastidiado a un jefe mafioso, fastidié al más peligroso, uno de los líderes de la banda criminal más grande, el dragón plateado, Emil Petrov alías “El Dragón” –Yo meto las manos por Nadia, la conozco desde niña, es de mi entera confianza y es muy discreta, aunque su actitud de ahora no lo ¡parezca!Emil Petrov no dejaba de mirarme fijamente, yo intentaba retarlo, no demostrarle miedo, pero la imagen de mi hermano menor aparecía en mi mente y eso me debilitaba, lo odiaba, juré no volver a ser débil delante de un hombre como este.— Entonces te mato a ti –movió el ar