9. Y esto apenas empieza…
“Mia Bennett”
Mientras el conductor de James se aproxima a Nexus, aprovecho los pocos minutos que me quedan para sacar el pequeño espejo de mi bolso y revisar el maquillaje ligero que me atreví a ponerme mientras me arreglaba.
Por primera vez en semanas, no parezco un panda. La noche pasada fue la primera en mucho tiempo en la que logré dormir sin que mis pensamientos me arrastraran a un pozo sin fondo.
Las ojeras que me acompañaban desde la muerte de mi madre por fin han dado una tregua. Es como si, al resolver parte de mis problemas, mi mente se hubiera apagado para permitirme descansar.
Claro, todavía hay mucho que no puedo controlar; mi vida está lejos de ser perfecta ahora, pero al menos hoy me parezco un poco más a la chica que solía ser.
Guardo el espejo en cuanto el coche entra en el garaje de Nexus. Miro rápidamente a James, que tiene una expresión tranquila desde que lo vi esta mañana, como si hoy fuera solo un día más para él. Y, en cierto modo, lo es.
— ¿Nerviosa? — pregu