8. Veremos quién se rinde primero
“Mia Bennett”
Tamborileo la pluma sobre la mesa mientras leo por tercera vez el párrafo en los formularios de mi contratación.
No es que tenga problemas con la comprensión lectora; al contrario, todo lo que está escrito es bastante claro. Pero mi mente insiste en divagar hacia otro lado.
Hacia él.
La decisión de aceptar ser la asistente de Ethan aún parece surrealista, como una de esas pesadillas de las que despiertas sudando frío. O, en mi caso, de las que no despiertas.
— ¿Quién en su sano juicio se pondría voluntariamente en esa posición? — murmuro.
“Fue tu idea, Mia”, responde mi mente, pero me niego a aceptar que la culpa sea solo mía. James también insistió en esto.
Respiro hondo y trato de concentrarme en el papel, pero todo lo que veo es la expresión impaciente de Ethan, considerando mi presencia como una afrenta personal.
— Basta — gruño, firmando la última página con más fuerza de la necesaria. Empujo los papeles lejos, como si eso pudiera alejar las consecuencias que traen