“Ethan Hayes”

Debería estar más molesto conmigo mismo por casi romper esa estúpida promesa que hicimos.

Pero, en este momento, es el timbre el que se lleva el premio a lo más irritante. Dejo escapar un suspiro pesado, retirando mi mano de la cintura de Mia.

Ella se aparta rápidamente, aferrándose a uno de los cojines. Sus ojos están muy abiertos, las mejillas rojas y se muerde el labio como si eso fuera a solucionar algo. No lo hace. Solo lo empeora.

—Vete a la habitación —digo, ya levantándome, pero ella se queda inmóvil, como si aún estuviera procesando mis palabras.

El timbre suena de nuevo, ahora más insistente e irritante. Me paso la mano por el cabello, intentando mantener la paciencia.

—Ahora, Mia. ¿O prefieres quedarte ahí, con mi camisa puesta? —pregunto, irónico.

Mia por fin reacciona y pone los ojos en blanco antes de levantarse. Pero, por supuesto, no sin provocarme. Se detiene a medio camino, levanta los brazos para recogerse el cabello, y la camisa sube más de lo