Caminé en mis calcetines peludos y me senté en la silla. Ella levantó la cabeza y me bufaba, yo le respondí con un resoplido.
—Estarás bien, no dejaré que nada te haga daño. —dije mientras le acariciaba la cabeza. Mis papás se acercaron a mí, observando a Mística, pero ella no se movió ni los reconoció.
—Cariño. —me levanté y los abracé a ambos.
—Papás, Dios, los he extrañado tanto. Gracias por venir a buscarme. Podría haber terminado de manera diferente si no lo hubieran hecho. —dije mientras ellos apretaban su abrazo y me besaban la cabeza.
—Siempre vendremos por nuestros hijos, sin importar dónde estén en el mundo. Todos han estado buscándote. Lo único que importa ahora es que estés a salvo. —dijo papá Daniel, y asentí contra su pecho.
—¿Dónde están los miembros de los Hijos de Hades y los jefes de la mafia que estaban en esa subasta? —Pregunté, ya que no los veía por ninguna parte.
—Los miembros de los Hijos de Hades están con La Madre de la Venganza y los jefes de la mafia están c