Punto de vista de Ángel
Lo primero que siento al despertar es dolor, un dolor sordo y punzante, acompañado por un constante pitido. Gimo e intento abrir los ojos con esfuerzo, pero mis párpados pesan como plomo por lo que parpadeo varias veces, tratando de enfocar lo que me rodea.
La luz tenue cae sobre mí, aunque el resto de la habitación permanece en sombras. Un escalofrío recorre mi espalda. ¡NO! Es imposible que esté de vuelta en aquel infierno.
Mi respiración se acelera haciendo que el pitido del monitor se intensifique. Entonces, siento que alguien toma mi mano y al girar la cabeza, distingo un rostro borroso. Escucho palabras amortiguadas, como si me hablaran desde el fondo de una piscina.
"Shhh, princesa. Estoy aquí contigo".
Tras varios parpadeos, mi visión se aclara revelando su rostro; cabello oscuro enmarcando unos ojos verde jade y esas facciones que son un reflejo de las mías.
"Mamá". Las palabras rasgan mi garganta irritada mientras mi voz ronca apenas logra pronunciar