"No vas a huir otra vez, Ángel. Te perseguiría hasta los confines de la Tierra para recuperarte, caminaría a través del fuego del infierno solo para abrazarte de nuevo. Te amo, Ángel, lo diré hasta que lo creas. Siento lo que te hice y siento no haber escuchado a mis hombres respecto a ella, ten por seguro que nunca volveré a cometer ese error. Eres mía, Ángel Moretti, pero más importante que eso, yo soy tuyo. Mi corazón te pertenece."
Tragué saliva ante sus palabras mientras seguía trazando cada letra. Dios mío… el tatuaje… sabía lo que significaba.
"Propiedad de Ángel Moretti." Dije levantando la mirada hacia él, que sonreía suavemente, asintiendo con la cabeza.
"Siempre ha sido tuyo. Te amo y te haré mía, pero quiero hacerlo bien. Una vez que nuestra hija y tú estén a salvo, las reclamaré oficialmente a ambas. No voy a ir a ningún lado, Ángel, y tú tampoco." Me besó.
Me quedé en shock por un segundo, luego le devolví el beso.
"Ya era hora de que ustedes dos arreglaran sus problema