Resultó que Mike era el hijo de ese proveedor, y se había enamorado de Regina a primera vista. A pesar de que sabía que ella tenía novio en ese entonces, le insistía con mensajes diarios.
No fue sino hasta que Regina le dijo que se había casado que por fin la dejó en paz.
—Solo vamos a comer, ya le había dicho que sí desde antes.
Verónica la molestó en broma.
—Pues ahora que estás soltera, no estaría mal que le dieras una oportunidad a un extranjero tan guapo como él.
Pero Regina ya no quería saber nada del amor. Si pudiera regresar el tiempo, elegiría haber permanecido siempre soltera.
A mediodía, una clienta VIP que estaba de viaje de negocios desde una ciudad cercana avisó que pasaría por la tienda. Verónica tenía que atenderla, así que no pudo acompañarlos a comer.
A Mike se le antojó probar comida local, así que Regina lo llevó al restaurante La Costa. Al terminar, pasaron junto a un cine. Estaban exhibiendo un éxito de taquilla que llevaba un mes en cartelera con excelentes críti