El protector de pantalla del celular era una fotografía. En ella, una chica rodeaba el cuello de un hombre con los brazos y se inclinaba para besarlo en la mejilla.
La chica era Regina. Y el protagonista era el tipo que tenía enfrente.
—Regi tomó esta foto. Me pidió que la pusiera de fondo de pantalla, para que la viera todos los días y me acordara de ella. Y que, si alguien más la veía, supiera que estoy casado. Decía que así se sentía más segura.
Gabriel terminó de hablar con una sonrisa, en un tono que mezclaba una falsa resignación con un aura de cariño condescendiente.
Sebastián observó a la Regina de la foto. Podía notar que se veía muy feliz. Nunca le había pedido algo así. Nunca le había exigido que le diera seguridad.
—Todo eso es el pasado. Aunque te haya querido mucho antes, eso no cambia que la lastimaste. Quieres que me quite de en medio porque ella no quiere volver contigo. ¡Porque ya no te quiere a ti, ahora me quiere a mí!
Sebastián sabía que ese tipo solo quería sembra