Capítulo 460
A Regina también le daba pánico tomar taxis.

—Vámonos.

Sebastián fue el primero en salir, y ella no tuvo más remedio que seguirlo. Salir con él la ponía muy nerviosa; le aterraba que los paparazzi les tomaran una foto. Por suerte, a esa hora todo estaba en calma y no había nadie alrededor.

Solo cuando estuvo dentro del carro, Regina pudo respirar tranquila. Sebastián sabía dónde vivía, así que se incorporó al tráfico. El silencio entre ellos se extendió durante todo el trayecto.

Ella bajó la ventanilla y se quedó mirando hacia afuera. La brisa fresca de la noche le acariciaba las mejillas, pero no era suficiente para calmar el calor que sentía en la cara. No podía dejar de pensar en la confesión que Sebastián había hecho en el escenario.

¿Se refería a ella? ¿Por qué no lo recordaba? ¡Estaba segura de que nunca lo había visto! A esas horas de la noche no había tráfico, así que en apenas media hora, Sebastián entró al residencial y se detuvo frente a su edificio.

—Llegamos.

Regina murmur
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