Sebastián no dijo ningún nombre, pero todo el mundo sabía que esa noche le estaba cantando a su amor secreto.
Comenzó el preludio de la canción y una melodía familiar inundó el ambiente. El público guardó silencio. Regina había escuchado esa canción cientos de veces.
Pero escucharla en vivo era una experiencia muy superior a la de cualquier grabación. Sin embargo, no podía evitar analizar cada palabra, buscando en la letra alguna pista que le recordara si alguna vez había conocido a Sebastián.
La lógica le decía que, con una cara como la suya, sería imposible haberlo olvidado si hubieran tenido un pasado juntos. Pero cuando el concierto terminó, seguía sin recordar nada.
***
A la salida, Eva le preguntó:
—Regi, ¿quieren que las llevemos? Mi novio trajo el carro y nos sobran dos lugares.
—No te preocupes, Andi trajo su carro. Me voy con ella.
—Perfecto. Entonces Verónica y yo ya nos vamos. ¡Nos vemos mañana en la tienda!
Regina asintió y las vio alejarse. Cuando se disponía a ir con And