En realidad, fue una pregunta inútil.
Gabriel tenía una actitud sombría; le costaba aceptar el hecho de que Regina tuviera novio. Ella le había dicho que le gustaba. Se negaba a creer que sus sentimientos hubieran desaparecido tan deprisa.
Sin embargo, su mamá había visto a ese tipo y le había contado que ella iba tomada de su mano.
Cada vez que pensaba en ello, sentía que se le revolvían las entrañas de pura angustia.
—No importa que tenga novio. No están casados, solo tienes que recuperarla. Y bueno, hasta los que se casan se divorcian.
—Tú dijiste que uno se puede volver a casar después de divorciarse.
Sebastián Sáenz no supo qué responder. Entendió que le estaba echando la culpa.
«Bueno, ya. Mejor me callo, ¿no?»
***
Pasó una semana entera sin que Gabriel la buscara.
Regina logró sacudirse el desánimo y se dedicó totalmente a la gran venta de su página web. Diseñó varias piezas nuevas y supervisó la creación de la página promocional del evento. Hizo varias correcciones hasta que el