En el bar.
Mónica colgó la llamada de muy buen humor y le pidió al cantinero otro whisky.
Una mujer con lentes de sol se sentó a su lado.
Mónica sostuvo su vaso, la miró de reojo y sonrió.
—Señorita Torres, con esa pinta no pasa desapercibida. Mejor quítese los lentes.
Jimena se mordió el labio y se quitó los lentes de sol.
La observó: tenía la cara pálida y demacrada, con un moretón cerca del ojo. Estaba claro que no la estaba pasando nada bien.
—¿Y bien? ¿Qué se le ofrece?
Miró a la mujer que tenía enfrente. Ya había investigado sobre ella: era la exnovia de Gabriel.
También era la media hermana de Regina, por parte de padre, y no se llevaban nada bien.
La enemiga de mi enemiga es mi amiga.
—¿No te da curiosidad saber cómo fue que Regina se casó con Gabriel?
Mónica pareció sorprendida.
—Vaya… ¿Así que hay algo más detrás de todo eso?
Jimena respondió con amargura:
—¡Lo obligó a casarse con ella con sus trucos!
—¿Qué clase de trucos?
Ella no respondió, sino que cambió de tema.
—Quiero