Capítulo 241
Gabriel regresó a casa.

Regina todavía no había llegado. Ya eran pasadas las ocho, y a esa hora, ya habría terminado de cenar de sobra.

Le mandó un mensaje.

[¿Quieres que pase por ti?]

Después de enviarlo, dejó el celular a un lado, sacó un cigarrillo y el encendedor, y lo prendió.

Le dio dos caladas y exhaló el humo. Volvió a tomar el aparato y encendió la pantalla, que seguía abierta en la conversación.

Regina no había respondido.

¿No lo había visto o no quería responder?

Si no lo había visto, ¿qué estaría haciendo en ese momento con ese ídolo suyo?

Pensó en mandarle otro mensaje, pero si ni siquiera estaba viendo el celular, ¡qué caso tenía insistir!

Molesto, soltó el celular y se quedó fumando en el sofá. El silencio de la sala le pareció sofocante, como piquetes en el pecho.

Tomó el control remoto, encendió la televisión y puso uno de los programas que solían ver juntos. Le subió todo el volumen y volvió a dejar el control.

Clavó la mirada en la pantalla un buen rato, pero el ambi
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