Capítulo 209
Al día siguiente, Regina abrió los ojos. La cama a su lado estaba vacía y fría, él se había ido hacía mucho.

Se quedó recostada un buen rato antes de levantarse. Corrió las cortinas y la luz del sol inundó la habitación.

Se estiró con ganas. Había dormido bien y se sentía de buen humor. Después de asearse en el baño, tomó su celular para ver la hora: ya eran las diez de la mañana.

De seguro ya estaba en el trabajo.

Abrió la puerta de su cuarto y se encontró con Gabriel, que entraba desde el balcón en ese preciso momento. Sus miradas se cruzaron y ella parpadeó, sorprendida.

—¿Qué haces aquí? ¿No fuiste a trabajar?

—Me tomé el día.

Era la primera vez que Regina lo veía descansar en un día laboral. No preguntó más, solo asintió.

—Vamos a desayunar.

Sobre la mesa había varios termos que mantenían el desayuno caliente: champurrado, tamales, chilaquiles rojos y huevos con machaca. En otro termo más grande, incluso había pizza y sushi. Todo se veía delicioso.

Vaya, casarse con él sí que tení
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