Capítulo 187
Gabriel se rio con dulzura.

Regina se sonrojó, sintiéndose un poco simplona.

Se apartó de su abrazo y le preguntó:

—¿Tienes hambre? Te preparé un caldo. ¿Quieres un poco?

Sabía que él se había ido deprisa a la clínica por la tarde y seguro no había cenado.

—Sí, por favor.

—Ve a lavarte las manos, te lo sirvo.

El caldo de pollo se había cocido a fuego lento por dos horas, así que la carne estaba muy suave.

Las quesadillas se habían mantenido calientes y olían delicioso. También había preparado un platito con salsa casera y lo puso en la mesa.

—Prueba las quesadillas con esta salsa.

—Claro.

Se sentó a la mesa y ella se acomodó a su lado, observándolo con el mentón apoyado en la mano.

Él probó una quesadilla.

—Está muy rica.

—Qué bueno que te gustó. Cuando tenga tiempo, puedo preparar más y las congelamos. Así, cuando llegues, solo las calientas en el comal o las fríes, como se te antoje.

Sonrió, sus ojos brillaban de alegría.

—No te desveles tanto, ¿sí?

—No es tarde. De hecho, estaba tra
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