Carlos
Con pasos pesados, me alejé del territorio de Espinas Negras. Pero con cada paso que daba, sentía un tirón en el abdomen, como si algo me arrastrara de vuelta... hacia ella. Me negué a ceder, enfocado en mi misión y en proteger mi identidad. Entonces, sentí que algo se rompía, una poderosa fuerza se desplegó en mi interior, tan intensa que ni siquiera yo podía negarla. Y supe lo que significaba; tenía que volver por ella.
Di media vuelta y corrí, con la esperanza de no llegar demasiado tarde. Sentía su angustia, dolor y miedo... como si fueran míos. Estuve a punto de no lograrlo, pero no quise imaginar qué habría pasado si no lo hubiese hecho. Ya estaba ahí, listo para desatar el infierno sobre cualquier lobo que se atreviera a tocar lo que me pertenecía.
Liberé toda la fuerza de mi aura, fue tan poderosa que hizo caer de rodillas a toda la multitud. Ni siquiera el Alfa pudo resistirse, aunque vi el odio arder en sus ojos. Sin embargo, lo más satisfactorio fue el miedo inmenso e