Nick frunce el ceño mirando la carretera.
—No digas tonterías.
—Lo hiciste. En el apartado de peticiones del formulario que completaste escribiste: «Por favor, metan el disco de Justin en el reproductor.» —Hago una pausa—. ¿Dibujaste un corazón y unos cuantos besos también? —Apenas puedo contener ya la sonrisa burlona.
Se gira lentamente con cara de pocos amigos.
—¿Te crees muy graciosa?
—Sí. —Alargo la mano, subo el volumen y empiezo a reírme en mi asiento mientras canto y me burlo de mi dios fanático de JT—. ¡Oye! —grito cuando me aprieta con los dedos el hueso de la cadera y baja la música de nuevo—. Lo estaba disfrutando.
—Pues claro. Es un chico con mucho talento —afirma Nick, muy serio.
—Tú eres un hombre con mucho talento.
—Lo sé —dice encogiéndose de hombros—. Tenemos mucho en común. Es un gran tipo.
—¿Lo conoces en persona?
—No. No para de suplicármelo, pero estoy demasiado ocupado. —Gira a contener una sonrisa.
Me echo a reír y él se coloca las Wayfarer, no sin antes guiñarm