Mark sigue:
—Además, no me dejaba meterle mano sin apagar la luz.
Casi escupo el vino sobre la mesa y me da la risa, un ataque de risa.
—¡Te lo dije! —chilla Lucas tirándome una servilleta.
La tomo y empiezo a limpiarme el vino que me cae por la barbilla. Todavía nos estamos riendo. Mark nos mira a Lucas y a mí y una sonrisa se dibuja en las comisuras de su serio rostro.
—Uno tiene que poder ver para lo que yo tenía en mente.
—¡Basta! —aúllo intentando controlar la risa.
Miro a Lily, que me lanza una mirada asesina. La ignoro y me resisto a la tentación de estamparle la cara contra el plato de salmón.
Me siento muy erguida (igual que Lily) cuando veo a Nick y a la mujer misteriosa en el pasillo que lleva a su despacho. Mark debe de haber notado nuestra reacción, porque se levanta de la mesa y se aproxima a ellos. Intercambian unas pocas palabras antes de que Mark se encargue de la mujer y la saque del salón de verano.
Nick recorre el salón con la vista hasta que encuentra m