Abordé mi jet, con Maya en mis brazos. Las azafatas y el capitán me miran asombrados mientras me acomodo en mi asiento.
- Sr. Al-Hassan... debería ponerla en un ataúd... me dijo la anfitriona . Entonces tenemos que ponerlo en la bodega.
- Mi esposa se queda conmigo. Digo agresivamente . ¡Ella debe quedarse conmigo!
La anfitriona me mira con pena, pero con extrañeza, como si me viera como un loco. Entonces ella finalmente se va.
- No te dejaré solo, mi ángel... te lo prometo. Susurré. Siempre estaré contigo. Siempre.
...
Después de varias horas, finalmente llegamos a Egipto. El aeropuerto está vacío. Me lo vaciaron. Camino hacia adelante hasta que veo un grupo de policías. Uno de ellos mantiene sus ojos en Maya. Entonces él es su jefe.
- Tómenlo... Dijo a las enfermeras presentes.
Retrocedo con ella.
- No. yo digo ¿Qué le vas a hacer a mi esposa?
- Sr. Al-Hassan, tenemos que lavarla... y prepararla para el entierro. ellos dicen.
Lavarla... su funeral... todo me parece tan irreal.
Termi