Capítulo 92 —Yo soy el Diablo
Narrador:
El sonido de la puerta del despacho cerrándose con un golpe seco resonó en la enorme estancia, pero Roman no se detuvo. Su paso era firme, decidido, con la mandíbula apretada y los ojos oscuros fijos en un punto inexistente.
Dominic, que ya lo estaba esperando, dejó escapar un suspiro. No necesitaba preguntarle nada para saber que las cosas habían salido mal, pero aún así, tenía que escucharlo de la boca del propio Roman.
Observó cómo su amigo se desabrochaba los primeros botones de la camisa con un movimiento tenso, como si la ropa lo asfixiara.
—¿Quieres decirme qué carajo pasó allá? —preguntó Dominic con calma.
Roman se quedó en silencio un momento. Se sirvió un whisky, giró el vaso entre los dedos y luego, con la voz baja y peligrosa, dejó caer las palabras que Dominic no quería oír.
—Miranda está enferma.
Dominic frunció el ceño.
—¿Enferma?
Roman bebió un sorbo antes de asentir con lentitud.
—Dice que le quedan meses de vida.
El silencio qu