―¿Estas bien?
―¿Eh? ―fue lo único que salió de mi boca por el desconcierto.
―Estas… roja Sasha.
Me toco las mejillas y me sorprendo de mi misma al sentir que mis mejillas están que arde. Giro sobre mis talones dándole la espalda. Me llevo la mano al pecho sintiendo a mi corazón fuera de control, late desquiciadamente.
―Ash, estúpida, controla tus hormonas.
―¿Pasa algo con tus hormonas?
Espantada suelto un grito por sentir el susurro de su voz en mi oído, mi cara arde demasiado. ¿Qué demonios significa esto? ¿Por qué se ve tan sexy?. Me mira extrañado por mi comportamiento, intento tranquilizarme y respiro hondo.
―¿Tu mamá se fue ayer?.
―Ah, si. Dijo que no había problema dejándome aquí.
―Seguramente con la condición de que busques un apartamento rápidamente.
―Bueno. ―carraspeo mi garganta al verlo sin creer que ahora se vea mas apuesto que Leo. Mierda. Si que se ve mejor que él. ―Dijo que esperaba con ansias nuestra visita a casa con la invitación de la boda.
Algo que no va pasar, sol