Antonio besó y abrazó a su mujer y a su hija; las dos tenían mucho talento para el baile. La familia de Antonio se encontraba a una distancia prudente de ellos, y las murmuraciones acerca de su amante y su hija no se hicieron esperar.
- ¡Papá está montado en toda una yegua! No hay duda de que esa mujer está muy buena -dijo su hijo mayor.
- Sí es cierto, ¿y qué me dices de la hija, nuestra media hermana? También está como quiere, se mueve deliciosamente peligroso.
__ ¡Ustedes son unos imbéciles! ¿Por qué no respetan a mamá que está aquí en la mesa escuchando todas sus estupideces? -dijo Tatiana.
__ No nos digamos mentiras, hermanita. La amante de papá está muy buena y su hijita también __ respondió Carlos. Rieron burlonamente mientras su madre los observaba con cara de querer fusilarlos con la mirada.
Era una ofensa muy grande para Isabel; Antonio se besaba apasionadamente con esa mujer delante de todos los presentes. Aquellos que conocían a la familia Caballero los veían como modelos