**Mikail**
Abrí los ojos de golpe y la miré como si de pronto no la reconociera.
Su respiración era irregular, sus mejillas estaban encendidas, sus labios hinchados por mis besos… pero su mirada era firme.
Confundida, rota… igual que yo.
Por un instante pensé que mi mente me había jugado una mala pasada, que no había dicho nada.
Pero ahí estaba su voz aún vibrando en mis oídos: ese "no" claro, frágil y poderoso al mismo tiempo.
Ella también estaba resistiéndose. No era la única atrapada en esta tormenta.
Lyra no me empujó. No se apartó bruscamente ni gritó. Solo dijo eso. *No*.
Y ese “no” me dolió más que cualquier golpe.
Porque en él se escondía todo lo que no quería admitir: que nos habíamos hecho daño. Que esto estaba mal.
Que nuestros cuerpos gritaban de deseo y entrega, pero nuestras almas todavía sangraban por heridas que no habían sanado.
Yo no era el único luchando contra lo que sentía. Ella también se estaba quebrando por dentro.
Y verla así… resistiendo com